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lunes, 4 de marzo de 2013

Capítulo 9 (Besos de rubí)

Tenéis derecho a matarme, lo sé, pero estaba totalmente estancada con Besos de Rubí y no se me ocurría absolutamente nada para terminar el capítulo. ¡¡Pero por fin lo tengo!! 
Caami me pidió un pequeño resumen de lo que llevábamos hasta ahora (cosa que veo lógica porque hasta yo me había perdido un poco), así que os lo dejo a continuación, algo cortito, y ya pasamos al capítulo ^.^ 


RESUMEN:

La historia empieza el día que Cassandra queda con Lorraine, su mejor amiga, y esta le dice que su novio, Gordon, le ha pedido matrimonio. Al día siguiente Cassie tiene que ir de viaje a Florencia por un tema de negocios: conseguir que el inteligente economista Domenico Di Genaro acepte una reunión con sus jefes con vistas a futuros proyectos en conjunto de ambas empresas. En el avión un hombre trata de invitar a Cassandra a una copa, ella la rechaza, ese resulta ser el mismo hombre que la salva de una caída estrepitosa en el aeropuerto, y resulta ser también el rico e inteligente Domenico. Pero eso lo descubre cuando acude a su reunión con él en un pequeño restaurante que tienen unos conocidos de él. Él la lleva a dar un paseo y ver Florencia, ella accede puesto que Domenico consiente ir a esa reunión con sus jefes. Surgen ciertos problemas que obligan a los jefes de Cassandra a retrasarse varios días, pero Domenico no puede esperar, puesto que es el cumpleaños de su hermana. En un arranque de algo que ni el mismo entiende la invita a viajar a Siena, donde viven sus padres y donde se celebrará el cumpleaños a pasar, y pasar unos días allí. Después de eso acepta acudir a la reunión. Cassandra lo tacha de loco y lo rechaza de lleno. Domenico le cuenta todo a su hermana Alice, y esta enrevesa las cosas de manera que los jefes de Cassandra acaban por creer que Domenico se niega a acudir a la reunión. Todo esto significa más presión para Cassie, que cuando sse entera monta en cólera. Acaba acudiendo a casa de Domenico para resolver las cosas, cenan y aquello deriva en beso, un beo muy incómodo en el momento en el que se termina. Cassandra finalmente acepta ir a Siena, y el viaje resulta ser algo tenso para ambos. Cassandra está convencida de que hizo mal aceptando ir y prácticamente se niega a llamar a la puerta cuando llegan al caserón de los padres de él. Una vez entran, se encuentran de primeras con la siempre sonriente Alice y Apprile, la dulce y agradable madre de Domenico. 


Y creo que con esto queda todo bastante más claro, si no es así, decidlo y aclaro lo que sea. Y bueno, ya sí que sí, dejo por fin el capítulo. Un beso ♥


Capítulo 9: Conversaciones nocturnas

Durante la primera media hora, la cena transcurrió tranquila, sin incidentes ni comentarios incómodos. Cassandra mantenía en su rostro una brillante sonrisa y Domenico no podía evitar mirarla cada escasos segundos, tan desenvuelta en aquella tan extraña situación a la que él mismo los había llevado. Alice mantenía su habitual desparpajo, su risa ligera y fresca que en seguida se volvía contagiosa, que le daba un ritmo tranquilo y constante a las conversaciones. A pesar de todo Domenico no podía evitar sentir cierto temor, como tampoco podía evitar mirar a su hermana con un gesto de advertencia en el rostro. La joven le devolvía sonrisas dulces y rodaba los ojos con falsa inocencia. 
Mientras tanto Cassandra trataba de ignorar el curioso intercambio de miradas entre hermanos, convenciéndose a sí misma de que los nervios de encontrarse comiendo con la familia de un casi-desconocido le habían hecho volverse algo paranoica. Involuntariamente, sonreía cada vez que Domenico lo hacía, y notaba las miradas -que tenía que admitir que le parecían cargadas de electricidad- que él le regalaba continuamente. Sonreía interiormente complacida, pero en seguida se reñía a sí misma por sentirse así.
-Y... Cassandra -llamó su atención Apprile-. ¿Qué te parece Italia? ¿Habías estado antes?
Cassandra bajó de su nube particular y se centró en lo que ocurría a su alrededor.
-Emm... sí, hace un par años estuve en Roma, cosas de negocios. Lo cierto es que he hecho poco turismo, pero lo poco que vi de Florencia estos días atrás me gustó mucho -contestó ella con honestidad.
-Deberías llevarla a pasear por la ciudad, Domenico -comentó Alice.
-¡Claro! -secundó Apprile con entusiasmo-. Estoy segura de que te encantaría olvidar el trabajo por unos días y hacer turismo -se giró entusiasmada hacia Cassandra.
-Esto... sí, estaría bien -sonrió ella, divertida por la vitalidad de la mujer.
-Hay tantas cosas que ver en Siena... Cualquier ciudad de La Toscana tiene algo tan románt...
-Mamá -interrumpió Domenico con una mirada severa.
Todos permanecieron en silencio, sin saber muy bien si tratar de romper el silencio. Apprile continuó comiendo sin mirar a su hijo, Alice lanzó una mirada severa a Domenico, quien se frotaba las sienes tratando de relajarse. Cassandra por su parte bajó la mirada, sin saber muy bien qué acababa de ocurrir, y sintiendo, en alguna ínfima parte de su ser, una pequeña decepción por lo que creía haber entendido en palabras de Apprile y que Domenico había cortado tan bruscamente.

…………………………………………………………………..

            -¿Puedo entrar? –la voz suave de Alice acompañado de unos ligeros toques en la puerta despertaron a Cassandra.
            Se frotó los ojos con fuerza y retiró el pelo que le caía sobre la cara. Miró el reloj en la mesilla, extrañándose de que la joven quisiera hablar con ella tan de madrugada.
            -¿Alice? Claro, pasa, ¿qué ocurre?
            Ella entró de puntillas, descalza, con un sedoso camisón de seda color zafiro cayendo suavemente hasta medio muslo y el pelo recogido en una descuidada coleta.
            -Te he despertado, ¿verdad? –preguntó con una nota de arrepentimiento filtrándose en su siempre alegre voz.
            -A estas horas suelo estar durmiendo, no voy a negarlo –río Cassandra aún adormecida, queriendo quitarle importancia.
            -Lo siento, no podía dormir.
            -¿Todo bien con Filippo? –preguntó, recordando que durante la comida había mencionado el nombre del chico.
            Alice bajó la mirada, sonriendo y con las mejillas sonrojadas.
            -Es un buen chico –respondió simplemente-. A pesar de lo que quiera creer mi hermano –añadió, algo más seria.
            -Solo se preocupa por ti, Alice.
            -Lo sé.
            Ambas permanecieron en silencio.
            -También se preocupa por ti –comentó Alice con la cabeza baja y una sonrisa pícara, mirándola desde debajo de las pestañas.
            -No digas tonterías –replicó Cassandra rodando los ojos.
            -No las digo, conozco a mi hermano lo suficiente como para saber que le importas –replicó Alice a su vez.
            Cassandra apartó la mirada y se aferró a las sábanas que la cubrían.
            -Deberíamos dormir, Alice. ¿No querías pasar un día de chicas mañana? –trató de distraerla recordando el plan que habían acordado durante la comida.
            -Claro, pero no trates de evadir el tema –le guiñó un ojo-. Mañana tenemos muchas horas que pasar juntas y muchas cosas de las que hablar –rio alegremente mientras se levantaba de la cama y se dirigía hacia la puerta-. Buenas noches.
            -Que descanses, Alice.
            Cuando la puerta se cerró Cassandra se dejó caer de golpe sobre las sábanas. Estaba segura de que no podría dormir, o al menos no bien del todo. Cerró los ojos tratando de conciliar el sueño, pero un nuevo ruido la molestó.
            -¿Qué demonios pasa hoy? –dijo en voz alta para sí misma.
            El ruido esta vez procedía desde su móvil, que descolgó con brusquedad.
            -¿Diga?
            -Hey, Cassie, soy yo, Lorraine –gritó su amiga.
            -Lorri, ¿qué quieres? Son las 3 de la mañana –contestó algo molesta-. Con una interrupción tengo más que suficiente.
            -¿Interrupción? ¿El italiano sexy te hizo una visita? –preguntó con picardía.
            -No, claro que no –casi gritó ella-. Su hermana.
            -Oh, claro, la hermana. ¿Y cómo es su familia?
            -Alice es un encanto, aunque algo insistente con… cierto tema –vaciló Cassandra un poco en las últimas palabras.
            -¿Cierto tema? –preguntó confundida Lorraine-. ¡Oh! No me digas que también opina que hay algo entre vosotros –rio.
            -No hay nada entre nosotros, no sé cuántas veces tendré que decirlo hoy –dijo exasperada-. Creo que os llevaríais bien las dos. Torturarme juntas y ese tipo de cosas.
            -Está bien, no insisto más. ¡Ah! Y siento haber llamado a estas horas, olvidé la diferencia horaria.
            -No la olvidaste, simplemente la ignoraste, y lo sabes.
            -Vale, puede que quisiera olvidarla, pero quería hablar contigo –su voz sonó algo arrepentida.
            -Tranquila, de todos modos ya estaba despierta –la tranquilizó-. ¿Por qué querías hablar conmigo? ¿Todo bien con Gordon? ¿Problemas con la boda?
            -Solucioné el tema del padrino, todo bien con eso –la tranquilizó Lorraine.
            -Me alegro –contestó con sinceridad.
            -El caso, estuve hablando con las chicas antes sobre todo el tema de la despedida de soltera. Sé que dijiste que lo organizarás tú todo, pero estuvimos hablando… y tuvimos una idea fantástica –Lorraine parecía emocionada.
            -¿Fantástica? ¿Qué idea? –preguntó desconfiada.
            -No seas así, Cassie, te aseguro que es una idea genial. Estoy convencida de que te encantará a ti también. Y además, toda la organización sigue estando a tu cargo –añadió riendo.
            -Está bien, pero suéltalo de una vez, Lorri –casi chilló.
            -¡La despedida de soltera será en Italia!
            Cassandra se mantuvo en silencio, muy quieta, durante unos instantes. ¿Italia? ¿A quién diablos se le había ocurrido aquello?
            -¡Cassie! Vamos, no me digas que no te parece fantástico –la alegría desmedida que momentos antes mostraba Lorraine había desaparecido casi por completo-. Estoy convencida de que hay cosas geniales que hacer allí. No seas aguafiestas.
            -Quedan varios meses para la boda. Sabes de sobra que para entonces no seguiré aquí –replicó Cassandra-. Dentro de una semana volveré a estar en Nueva York, retomando mi vida en el punto en el que la dejé allí.
            -Hablas como si tener una semana de vacaciones fuera todo un suplicio. No sabes lo que daría por estar en tu lugar –la conversación comenzaba a acalorarse, y pelearse era lo último que ambas querrían.
            -Está bien. Vamos a calmarnos un poco. Hablaremos de todo esto cuando vuelva, ¿vale? –su voz sonaba rendida-. Es demasiado tarde… o pronto, ya no sé ni qué hora es. Me gustaría dormir al menos un par de horas.
            -Vale, pero no vas a ganar en esto, señorita mandona –de nuevo tenía un tono alegre-. Y siento haber llamado a estas horas.
            -No pasa nada –la disculpó Cassandra-. Buenas… lo que sea.
            Lorraine soltó una carcajada.
            -Buenas lo que sea a ti también –y colgó.           
            Después de aquello Cassandra se desplomó sobre el colchón y se durmió en apenas un par de minutos.

…………………………………………………………………..

            En el cuarto de enfrente, Domenico daba vueltas en la cama sin cesar. Hacía ya horas que se había acostado, pero era incapaz de dormirse. El silencio le resultaba casi insoportable, y la oscuridad era prácticamente absoluta, cosa que le impedía entretenerse mirando cualquier cosa hasta que conciliara el sueño.
            -Maldita sea –se dijo a sí mismo cuando vio claro que aquella noche no dormiría ni un poco.
            Nunca había sido un hombre con excesivo gusto por dormir, pero hasta él necesitaba descansar unas horas por la noche. Tan solo le resultaba difícil conciliar el sueño cuando algo importante se avecinaba, o cuando por su cabeza rondaba algo que de insistente podía llegar a ser molesto. Y aquella noche, se daba el segundo caso. Aquella pelirroja acabaría volviéndole loco. En algunas ocasiones estaba convencido de que a ella le resultaba, cuanto menos, molesto, pero había otras veces en las que las miradas que intercambiaban y las sonrisas desafiantes pero dulces de ella le convencían de lo contrario.
            El mismo tema rondaba por su cabeza una y otra vez, y cuando estuvo demasiado molesto para seguir tumbado en la cama, se levantó y se dirigió hacia el mini bar que había en un rincón y del que casi no hacía uso y se sirvió un vaso del primer licor que encontró. Bebió un largo trago, notando como la quemazón del líquido bajaba por su garganta.
            Estaba de pie, en silencio, cuando oyó el ligero ruido de una puerta al abrirse, seguido de unos pasos sobre la madera alfombrada del pasillo y de nuevo otra puerta abriéndose. Se mantuvo en silencio, esperando algún ruido más procedente del pasillo. ¿Quién estaría despierto a esas horas a parte de él? Salió de la habitación sin hacer ruido, encontrándose la puerta de su hermana abierta. Se acercó despacio y se asomó por el marco de la puerta, encontrándose la cama vacía y oyendo el ligero sonido de una conversación al otro lado de la pared. No llegó a entender ni una palabra, y resultó ser una conversación corta. De nuevo se oyó el sonido de una puerta al abrirse, seguido de unos pasos. Domenico se dio la vuelta, encontrándose de frente con el rostro dulce de su hermana pequeña.
            -¿Mimmo? ¿Qué haces en mi cuarto? –preguntó confundida-. Lo de asustarme por las noches dejaste de hacerlo hace ya muchos años, no creo que sea momento de retomarlo –se burló.
            -Escuché un ruido y salí a ver qué pasaba –se explicó él.
            -¿Un ruido? Apenas se ha escuchado nada cuando he abierto la puerta –le replicó ella extrañada-. ¿Estabas despierto? –se aventuró a preguntar, creyendo estar en lo cierto.
            Domenico no respondió, temiendo lo que su hermana pudiera interpretar si le decía que sí.
            -Me desvelé –mintió.
            -No es verdad, tu nunca te desvelas así porque sí. ¿Qué haces despierto a estas horas?
            -Podría preguntarte lo mismo –se apresuró a contratacar él.
            -No tengo ningún problema en decir la verdad –dijo ella relajada-. Estaba pensando en mi cita con Filippo y no podía dormir, así que fui a ver si Cassandra estaba despierta.
            -¿De madrugada? ¿No se te ocurrió pensar que nadie está despierto a estas horas? –la riñó.
            Alice le miró inquisitivamente.
            -Vale, aparte de mí.
            -A Cassandra no le ha molestado demasiado, no intentes regañarme tú ahora, que no soy una niña –Alice seguía sin perder la sonrisa, una alegre y burlona sonrisa.
            -Eres exasperante. Creo que todos los habitantes de esta casa agradecerían que no los despertaras cuando tú no puedas dormir –él ignoró la jocosidad de su hermana.
            -Siempre tan serio, Mimmo. Ni el amor es capaz de hacerte tomarte la vida con ligereza.
            -¿Amor? –él frunció el ceño, preparado para otra pequeña pelea con su hermana.
            Ella lo miró con picardía y soltó una leve carcajada, después se le acercó y depositó un rápido beso en su mejilla. Sin molestarse en contestar nada, y queriendo evitar cualquier mínima discusión, agarró el pomo color ocre de la puerta.
            -Buenas noches, don gruñón. Intenta dormir –le guiñó un ojo y desapareció en su habitación.
            -Hasta mañana, Ali –dijo él de vuelta, sin estar seguro de que le hubiera escuchado. Después volvió a su cuarto y cerró la puerta sin apenas hacer ruido.

2 comentarios:

  1. =D!! Quiero leer el siguiente!
    Escribes muy bien!

    Un beso :)

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  2. Me encantó!!!! *,* (ay, siento mucho haberme demorado tanto :c espero que no hayas dejado el blog y la nove aquí :c).
    Bueno, nada que decir, me da mucha risa y me causa demasiada ternura Alice *,* es que es como AAAWW y siento que ambos (C Y D) "no se quieren dar cuenta" o más bien aceptar lo suyo, que se nota a simple vista.
    Y bueno, eso de la amiga me dio risa, ¿cómo es eso de la despedida de soltera en Italia? Jajajajaj existen locas y ella jajajajajja.
    Quiero saber qué más pasa :D. Siento no haber comentado antes, pero había estado con muy poquito tiempo y había dejado todas las novelas de lado jajajaj >< pero hoy que tuve "más o menos libre" decidí leérmelas todas, ya que tenía 4 blogs-novelas abandonados ;3
    Besitos :D Noa❤

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