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miércoles, 18 de diciembre de 2013

Riesgos (+ varias cositas y una disculpa :$)

La vida se compone de riesgos. Riesgos pequeños, riesgos grandes, riesgos que podrían destrozarte, riesgos necesarios, riesgos estúpidos… Todos distintos pero aun así en su núcleo son lo mismo: riesgos.
Puedes saltar a mil metros de altura, dejando tu seguridad y tu vida a cargo de una cuerda cuya función es detener tu caída por la simple razón de querer sentir la adrenalina en tus venas. Puedes apostarlo todo, tu última moneda, tu casa, tu vida misma, puedes dejar todo ello en manos del azar y arriesgarte a perderlo por tu propia y estúpida ambición, tu necesidad de poder, de pertenencia, de abarcar más y más. Puedes embarcarte en algo emocionante, nuevo, un proyecto, una idea esperanzadora, existiendo la posibilidad de resultar en un desastre. Y puedes cometer uno de los mayores riesgos que hay: entregar tu corazón. Oh, eso sí que es peligroso, siempre lo ha sido. Tu corazón puede ser pateado, pisoteado, dejado de lado, escurrido hasta exprimirle todo sentimiento de felicidad. Pero es que el riesgo implica eso. Las cosas pueden salir bien, o pueden salir mal, ese es todo el trasfondo de un riesgo, saber que puedes llegar a la felicidad o a la amargura, o no arriesgar y permanecer en la neutralidad. Pero eso también puede llevarte a la amargura, o no. Ese es el verdadero peligro del riesgo, no puede saberse cómo afectará a tu vida.  Entregar hasta el último resquicio de tu alma y tu corazón a alguien no es más que darle la oportunidad de destruirte. Pero también la de no hacerlo. Y la cosa es, que nos matarán por dentro una y otra vez, lo harán, de eso no cabe la menor duda. Porque arriesgarse y fallar cien veces es lo que da la oportunidad a la 101, de aparecer, de terminar en la desembocadura correcta, de recomponer lo que creíamos roto. Y el tiempo también cura las consecuencias de los riesgos, cicatriza las heridas y las cubre hasta que no son más que una línea rosada marcada en ti. Porque tenemos que tener la fuerza para recuperarnos de los desenlaces de nuestras decisiones.

Y es que la vida se compone de riesgos, porque si no, ¿qué emoción tendría despertarse y disfrutar de un día más?

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¡Buenas! Después de tropecientosmil días sin subir nada interesante, aquí traigo algo. Vale, se que no ha sido nada demasiado interesante, ni memorable, ni nada de nada. Y no me voy a poner a decir excusas de por qué no he subido un capítulo de Besos de Rubí como (más o menos) prometí. Soy un desastre cumpliendo promesas en lo referente a plazos, subir cosas al blog y similares. El próximo capítulo de BR está casi escrito, lo prometo, pero tengo dificultades para seguirlo y me voy quedando sin ideas, por eso me cuesta tantísimo seguir escribiendo, porque si por mi fuera los capítulos podrían hacerse bastante cortos, pero NO quiero hacer eso, así que tengo que currármelos y quitarme de encima la vagueza que al final va a acabar comiéndome viva. 
Así que, lo siento, lo siento, lo siento por no subir capítulo. Peeeeeeeeeeero, se me acaba de ocurrir según escribía esto xD puedo subir un trocito, para que al menos veáis algo de lo que está escrito. Nada demasiado largo, solo un pequeño avance no demasiado revelador de un trocito del capítulo :3 Pues nada, entonces lo dejo aquí ;)

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-Buenos días, preciosa –Domenico decidió que tenía que intervenir y ese era un momento igual de bueno como cualquier otro.
            Notó la sorpresa en el rostro de Cassandra cuando abrió los ojos y se giró hacia él, seguido de un leve alivio por el hecho de reconocerle, pero que volvió a dar pasó a una mezcla entre sorpresa y terror.
            -¿Domenico? ¿Qué haces en… -miró a su alrededor para cerciorarse de que no era ella la que se había colado en el cuarto de él en la enajenación de la noche y el alcohol- mi cuarto? Mi cama, para ser más específicos. Tú y yo…
            Él se rio durante unos segundos, pero paró cuando vio que a Cassandra todo aquello no le hacía ninguna gracia.
            -Ey –dijo suavemente.
            Se acercó a ella, tendiendo una mano y agarrando unas de las suyas. Cassandra pareció consentir eso y guardó silencio.
            -Tranquila. Te estaba esperando aquí para hablar cuando casi todo el mundo se había ido. ¿Recuerdas? –preguntó cauteloso.
            Ella lo miró fijamente unos instantes, su cerebro funcionando a toda velocidad, buscando entre los recuerdos de la noche para llegar al por qué Domenico y ella habían despertado en la misma cama. Domenico casi oyó como su cerebro hizo ‘clic’ cuando la expresión de ella se relajó notablemente.
            -Bien –susurró desplomándose de nuevo sobre el colchón.
            Domenico continuó observándola pero no dijo nada, se limitó a permanecer sentado, pensativo.
            -¿Tan terrible hubiera sido que hubiera pasado algo entre nosotros? –dijo de repente en tono ofendido-. O sea, no soy tan horrible, ¿no? Parece que te hubieras librado de la peor cosa que pudiera ocurrirte jamás.


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¡Y ya! Me siento cruel dejando precisamente este fragmento, pero así mantengo un poquito el misterio. Prometo que en estos días sigo escribiendo, que llevaba ya mucho sin abrir el documento y yo misma ya ni me acordaba de lo que había escrito. 
¡Saludos! No me odiéis mucho por traeros tan poquita cosa hoy.
Besos :3

1 comentario:

  1. Me complace saber que no me quedaré con la duda del qué pasó después porque correré a leer el siguiente capítulo que está ya publicado!
    Yo sé que tú has de creer que soy como una adicta que promete y promete dejar el vicio pero no lo cumple XD pero es mi propósito de año nuevo comentar más, mucho más! recuerdo cuando no me perdía ni una sola entrada... voy poco a poco pero estoy comentando más en los blogs que más me gustan.
    Esto de los riesgos tiene algo que ver con cierta personita que te ha llamado la atención? Si has aceptado lanzarte a lo desconocido para ver qué sucede con ustedes dos, estoy más que de acuerdo! Definitivamente los riesgos son parte de nuestra vida y aunque las cosas salgan mal siempre aprendemos algo nuevo lo cual es muy valioso :D

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